Te invitamos a soñar, a no renunciar a tus sueños, a luchar por ellos con esfuerzo y confianza, pues hay sueños que marcan la vida. El de Juanito Bosco fue, es y será un proyecto de vida, un estilo de vida, pues es un sueño compartido, un sueño de acompañamiento por quien lo realiza, un sueño comprometido porque transforma vidas, un sueño que abre la vida a otras fronteras.
Aquel sueño se ha transformado en realidad y por eso merece la pena seguir soñando, para descubrir que también es un sueño para ti. Se cumplen 200 años del sueño de los 9 años que condicionó el modo de vivir y de pensar de Don Bosco, y marca todo el sistema preventivo y su acción educativa. Ocurrió cuando Don Bosco era un niño y los primeros en escucharlo fueron su madre, su abuela y sus hermanos.
Estaba en un patio con muchos niños que se peleaban y decían malas palabras. Él trató de calmarlos al principio con palabras, luego con puños, pero nada funcionó. Entonces Jesús se le apareció y le dijo: “No con golpes, con amor”. Le indicó que su guía sería la Virgen, quien también se le apareció y le dijo: “Hazte humilde, fuerte y robusto”. Entonces los niños se convirtieron primero en bestias feroces, luego en ovejas.
Don Bosco no comprendía el significado de lo que pasaba. La Virgen le dijo: “A su tiempo lo comprenderás todo, es tiempo de sueños, vamos a soñar, que a su tiempo lo entenderás todo, se nos regala como proyecto que se ha convertido en escuela, en patio, en iglesia, en casa. Gracias Señor por el sueño de Don Bosco, gracias Señor por el sueño de mi vida, por este sueño para mí”.